Ya sabemos de donde venía el asteroide que acabó con la vida de los dinosaurios

by Tania Gálvez |

Ya sabemos de donde venía el asteroide que acabó con la vida de los dinosaurios

Hace 66 millones de años, un asteroide de entre 10 y 15 kilómetros de ancho impactó en la península de Yucatán, México, y desencadenó un cataclismo global que erradicó cerca del 75% de las especies del planeta, poniendo fin a la era de los dinosaurios. Este evento marcó un punto de inflexión en la historia de la vida en la Tierra y ha sido objeto de debate durante décadas. Un nuevo estudio publicado en la revista Science ha revelado que el asteroide, responsable de esta extinción masiva, se originó en la órbita de Júpiter, en el sistema solar exterior.

El asteroide dejó un cráter de 180 kilómetros de ancho y 20 de profundidad en Chicxulub, pulverizó su masa al impactar y esparció restos por todo el mundo. Estos restos aún están presentes en una capa global de arcilla depositada tras aquel fatídico día. El análisis reciente ha resuelto un largo debate sobre la naturaleza del asteroide, confirmando que se trataba de un objeto de tipo carbonáceo, o tipo C, conocido por su alta concentración de carbono.

El estudio, liderado por el geoquímico Mario Fischer-Gödde de la Universidad de Colonia (Alemania), ha descartado la hipótesis de que el objeto fuera un cometa o que la capa de escombros hubiera sido depositada por vulcanismo. “Un proyectil originado en las afueras del sistema solar selló el destino de los dinosaurios”, declaró Fischer-Gödde. La capa de arcilla, rica en metales como el iridio, rutenio y osmio, fue clave para determinar el origen del objeto.

Los investigadores se centraron en el análisis del rutenio, y el geoquímico Steven Goderis de la Vrije Universiteit Brussel (Bélgica) explicó que “el rutenio es especialmente útil en este contexto”. Las proporciones de isótopos de rutenio coincidían con otros asteroides carbonáceos conocidos, sugiriendo que el asteroide de Chicxulub probablemente se formó en el sistema solar exterior. Fischer-Gödde concluyó: “Sin esta coincidencia cósmica del impacto de un asteroide, la vida en nuestro planeta probablemente se habría desarrollado de forma muy diferente”.

Loading...