Opinión: Óscar Estrada – El Destino del Comandante

by Redacción Web |

Opinión: Óscar Estrada – El Destino del Comandante

El comandante Mel Zelaya afirma en sus redes sociales que, en casi cinco décadas de carrera política, nunca tuvo nada que ver con narcotraficantes ni les aceptó dinero y, yo le creo. No he visto nada que pruebe lo contrario. Ni siquiera el infame video de su hermano Carlos Zelaya prueba que don Manuel haya sabido de esa reunión, tampoco que haya aceptado esa mitad que, según declaró Carlón, le corresponde. Todos somos dueños de nuestras acciones y los hermanos no deben pagar por los pecados de los hermanos. Lo que Carlón Zelaya haya hecho es responsabilidad suya, él deberá responder ante la justicia norteamericana por esa amistad con narcotraficantes. 

Yo les creo a Mel Zelaya y a doña Xiomara Castro cuando se muestran sorprendidos de conocer esa relación, que en algunos ambientes ha sido altamente conocida desde hace décadas, pero que ellos se negaron a ver hasta el último momento. Y aún hoy lo niegan. Hablan de conspiraciones, de golpes de Estado, de fabricaciones del imperio para derrocarlos.

A los amigos de Libre no les gusta ver el paralelo de este caso con el de Juan Orlando Hernández y su hermano Tony. Otros sí lo vemos. Si quieren saber a lo que se enfrentan tendrán que estudiarlo con la cabeza fría, sin pasiones ni dogmas. Hernández creyó hasta el último momento en el sistema de justicia norteamericano (aún hoy lo cree, a pesar de su condena de 45 años). Él pensó que sus antecedentes de buen amigo del imperio le ayudarían; que haber logrado el convenio de extradición, la ley de expropiación de dominio, la PMOP y todas esas reformas que impulsó para hacer frente a la crisis de seguridad que vivía el país al inicio de la década pasada le servirían para probar su voluntad en la lucha contra el narcotráfico. Pero no fue suficiente. Estados Unidos lo juzgó por no haber hecho suficiente para detener a su hermano, por haberlo protegido cuando debía procesarlo por sus vínculos (evidentes para muchos) con el narcotráfico. Nada de lo que condenó a Juan Orlando Hernandez hubiera servido sin el antecedente de su hermano Tony Hernández.

El gobierno de Honduras levanta ahora la carta de un golpe de Estado. El ministro de planificación, estrategia y comunicaciones Ricardo Salgado ordena que se activen los colectivos en defensa del comandante Zelaya. Reclaman las pintas en rechazo en las calles, las declaraciones del CNA, ASJ o académicos y periodistas que buscan explicar la dimensión del video de Carlón. Pero Libre fue el principal beneficiario de esta misma campaña que desgastó el segundo gobierno de Juan Orlando Hernández. Fueron cientos de pintas, videos y comunicados que exigían la renuncia de Hernández cuando salió el video de Tony. Ahora tienen una prueba de su propia medicina. 

Vuelvo a afirmar: yo creo en las palabras de Mel. Creo que, como Juan Orlando Hernández, dice la verdad cuando alega su inocencia. Su error, en todo caso y por lo que una corte de Nueva York lo encontraría culpable, fue no haber hecho suficiente cuando estuvo en el poder, tanto en su primer gobierno 2006-2009 como ahora, para dar cuenta de los vínculos de Carlón con el narcotráfico; de permitir que su hermano fuera jefe de la poderosa corriente del 28 de junio en el partido Libre; de haber impuesto a una junta directiva sin los votos necesarios para sacar a alguien que consideraba de lealtad dudosa y colocado en su lugar a un monigote, con Carlón como verdadero poder detrás del trono; de haber impuesto sin los votos necesarios a un fiscal general; de haber influido para la elección de una presidenta de la Corte Suprema de Justicia, emparentada con él, desoyendo las alertas de la sociedad civil, que remarcaba los vínculo de esa abogada con uno de los asistentes a la reunión de Carlón que fue grabada por Devis Leonel Rivera. De haber acabado con la extradición. 

El Comandante Mel Zelaya, el constructor de Victorias, como fue calificado el día de la toma de juramento de su esposa, Xiomara Castro, construyó un gobierno pensando en un derrocamiento futuro. Se rodeó por eso de leales (algunos incapaces como Ricardo Salgado o enfermos como Milton Benitez, pero de los que no dudaría nunca de su lealtad) y familiares, pensando que eso le daría la cobertura para resistir cualquier ataque, sin pensar que en el seno de su familia estaba la fruta envenenada y ahora, que la mano de la justicia norteamericana amenaza con tirar del hilo que ata a Carlón con el narcotráfico, la madeja completa de su gobierno (que es su familia) amenaza con desarmarse. 

Yo no creo que Manuel Zelaya Rosales vaya a dar preso por este escándalo. Él es inocente de lo que hizo su hermano. Su destino será otro. Él tendrá que ver su imperio desmoronarse desde una solitaria finca en Catacamas. En ese sentido le irá mejor que a JOH. 

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