El 13 de agosto se celebra el Día Internacional del Zurdo, una ocasión para reflexionar sobre los desafíos que enfrentan las personas zurdas y los fascinantes factores genéticos, biológicos y culturales que influyen en esta preferencia.

La preferencia por ser zurdo o diestro es el resultado de una interacción compleja entre factores genéticos, hormonales y biológicos. Estudios en genética han identificado regiones del genoma relacionadas con la lateralidad.

Además, la exposición a hormonas durante el desarrollo fetal, como la testosterona y el estrógeno, también puede influir.

La estructura y función cerebral también juegan un papel en esta característica, según las investigaciones neurocientíficas.

Las personas zurdas encuentran desafíos en objetos diseñados para diestros. Adaptarse a entornos diestros, desde tijeras hasta teclados, puede ser incómodo. Problemas de escritura y participación en deportes también son comunes.

Históricamente, la mano izquierda fue estigmatizada, pero esa percepción cambia.

Aunque persisten estigmas, la sociedad está más consciente de la diversidad de la lateralidad. Zurdos famosos de la historia, como Leonardo da Vinci, Ludwig van Beethoven y Marie Curie, han demostrado que la lateralidad no limita el logro de grandes hazañas.

A pesar de los obstáculos, las personas zurdas son resistentes y creativas. Se adaptan a objetos y situaciones diestros, desarrollan habilidades ambidiestras y enfrentan desafíos con ingenio.

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