Tegucigalpa – Este martes se confirmó con profundo pesar el deceso del exembajador de Honduras ante El Vaticano, Carlos Antonio Cordero Suárez, una figura reconocida en la diplomacia hondureña.

Carlos Cordero desempeñó un papel relevante como Embajador de Honduras ante la Santa Sede. Su legado incluye no solo su labor en el ámbito diplomático, donde sustituyó en octubre de 2020 a Carlos Ávila, quien estuvo al frente de esa legación desde agosto de 2013, sino también su representación del país ante la Orden de Malta y San Marino.

En abril de 2020, Cordero fue nombrado titular de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco). Antes de esto, fue comandante general y dedicó más de 30 años de su vida al Cuerpo de Bomberos de Honduras, donde dejó una huella imborrable.

Legado familiar

A Carlos Cordero lo sobreviven su esposa, Belinda Montoya de Cordero, y su hijo, Carlos Cordero, quien laboró en la administración pasada en el Instituto Nacional de Migración.